Es una rama especializada del derecho financiero que regula las actividades de las entidades bancarias y su relación con clientes, empresas, y organismos reguladores.
Abarca una amplia variedad de operaciones relacionadas con los productos y servicios financieros, desde la concesión de créditos hasta la gestión de depósitos, el cumplimiento de normativas internacionales y nacionales, y la resolución de conflictos entre bancos y clientes.